Los gigantes tecnológicos facilitan en gran medida la vida de sus usuarios, pero a cambio recopilan una cantidad ingente de sus datos a través, por ejemplo, de las cookies, los asistentes de voz, cámaras de videovigilancia o la descarga de aplicaciones. Esto hace que salvaguardar nuestra privacidad se haya convertido en un desafío difícil de conseguir.
Pero añadido a los datos que las empresas pueden recopilar, encontramos el problema de que hasta cuando los usuarios niegan permisos explícitamente, miles de aplicaciones han encontrado la forma de seguir recopilando información privada. “De alguna manera este tipo de prácticas dañan la reputación de las empresas debido a que pueden producir rechazo saber que pueden espiarnos, de manera que maquillan la necesidad de recabar todos los datos que sean posibles, cuantos más mejor, sin respetar el principio de minimización del dato, con la promesa de mejorar la calidad de nuestros servicios”, afirma nuestro experto Ramón Ynat, Director de Compliance de Entelgy Innotec Security, para el reportaje de El País.
El perfilado de los usuarios
Los expertos señalan el riesgo de que las compañías hagan un perfilado preciso de cada usuario teniendo en cuenta desde las conversaciones que mantiene con el asistente al uso de diferentes aplicaciones. “Al final no deja de ser una forma de control o de manipulación con la intención de interferir en nuestras decisiones, en nuestra libertad para poder elegir libremente, sin injerencias o controles externos”, sostiene Laura Burillo, nuestra Consultora de Seguridad y Protección de Datos, que recuerda que “el dato está monetizado”.