Si os gustó el viaje que hicimos junto a nuestro compañero Mario Pacheco a Perú, no dejéis de leer este post. Hoy nos vamos de nuevo con Entelgy x Mundo de la mano de nuestro compañero-viajero, David Pérez.
Soy español y he trabajado en Colombia y Perú por más de cuatro años, he tenido visitas laborales de varias semanas en México. Además de esos países, gracias a mi estancia por aquí, he podido visitar como turista Panamá, Ecuador y Estados Unidos. Entre algunos de los lugares destaco Islas Galápagos o la Isla de San Andrés (frente a Nicaragua).
Vivir en otro país tiene un poco de todo. El cambio es brusco y a la vez emocionante, como una aventura, todo es nuevo. Lo que es familiar deja de serlo y sobre todo es distinto ir de turismo a vivir en otro país. Tienes que cubrir todas tus necesidades y entonces tienes que buscarte la vida. No hay tiempo para el aburrimiento, siempre hay cosas que descubrir y conocer.
Al viajar de turista lo habitual es que el trato sea estupendo; al vivir en otro país descubres las cosas buenas y menos buenas de la población local, comienzas a ser uno más de ellos y empiezas a alejarte de tu cultura para entender y asimilar otras. Es salir de tu zona de confort. Llevando muchos años fuera sientes lo que es ser ciudadano del mundo, te identificas con tu cultura origen y también con tu nuevo país con el que has compartido mucho pero siempre mirando a ambos con perspectiva.
En general la gente es muy educada, delicada y política en su forma de hablar. No son directos y les gusta dar rodeos para decir las cosas. Algunas veces pueden parecer desconfiados, temerosos (debido al grado de delincuencia que existe). Sin embargo, en el ámbito laboral, de amistades o familiar es mucho más cercana, detallista y atenta, les gusta compartir y es fácil hacer amigos.
Curiosidades que me hayan llamado la atención hay muchas.
Por ejemplo que alrededor del 52% de la población en Perú vive en la costa, que es zona desértica. A pesar de que en España pensamos que Perú es todo Amazonas, tienen uno de los mayores desiertos del mundo donde vive más de la mitad de la población.
Las distancias en el mapa parecen cortas, pero Perú es más del doble en extensión que España. Las infraestructuras aún no son muy buenas y recorrer el país se convierte en una odisea. Por ejemplo, ir de Lima a Cuzco pueden ser 18 horas en coche para recorrer 1.100 km.
En España pensamos en un perfil físico concreto de Peruano y Colombiano. Sin embargo, descubres que en Perú hay una mezcla de razas enorme incluyendo gente de raza blanca con ojos claros igual que puede haber en Europa y lo más curioso es que hay zonas dentro de la selva, pueblos relativamente nuevos (creados antes, durante y después de la segunda guerra mundial) de alemanes que los fundaron huyendo de la situación en Europa.
Una curiosidad más para mí, es la variedad de nombres que utilizan. Van desde los tradicionales que parecen de telenovela: Juan José, Juan Manuel... pasando por los "gringos": Michael, John, Walter (incluso hay una persona de mi equipo que se llama Macgyver) ... y terminando por los oriundos descendientes de los incas.
Existen muchas diferencias sociales y económicas, lo que hace que en los barrios de clase media-alta nadie limpie su propio coche, en los supermercados te meten los productos en las bolsas, en las fiestas en casa suele ir un camarero a servir las copas y pasar los canapés, e incluso en los parkings hay una persona que mete el ticket en la máquina por ti... Es algo que al inicio parece chocante pero aquí es natural.
En Perú se hablan entre 43 y 60 lenguas distintas, encontrando tribus en la selva con sus lenguas propias.
Al cambio horario uno se acostumbra. Realmente sólo se siente cuando quieres comunicarte con personas de tu país y ellos están con siete horas de diferencia. Si quieres realizar cualquier trámite con España, tener un audio con un compañero de España tienes que madrugar...
En Colombia he vivido en cinco apartamentos diferentes en distintas zonas. Antes de eso, viví en un hotel y ahora en Perú vivo en el mismo departamento desde hace un año.
La vida en el hotel es muy fría, obviamente no es un hogar. Haces mucha vida en la calle, saliendo a comer y cenar y tu estómago se resiente. Tampoco mantienes mucha privacidad, te ven entrar y salir, con quien entras y sales incluso si has tomado unas copas de más, ya saben... Llegué a ser el más antiguo del hotel, más que todos los botones, recepcionistas y administradores del mismo. Todos me conocían, fui el más antiguo del hotel superando a un ruso que estuvo año y medio. Me sabía los nombres de todo el personal incluso de los taxistas que se ponen en la puerta con los que ya tenía confianza.
En Perú tienen una cultura gastronómica muy extendida con una enorme variedad de platos. La comida la divide según su procedencia: Comida de la costa, comida de la sierra, comida de la selva. La comida es muy condimentada y cuando llevas un tiempo comiéndola tienes que volver a las ensaladas para limpiar un poco el cuerpo. En mi caso, comí en exceso “ceviche” y terminé con una irritación de colon....
El transporte público de Bogotá o Lima es caótico. No tienen metro y en lugar de ello tienen lo que llaman Transmilenio (Bogotá) y Metropolitano (Lima). Son carriles en la carretera exclusivos para los autobuses, no como el carril bus de Madrid, sino que están cercados y ningún vehículo puede entrar (están bordeados por muros). Tienen paradas con andenes como si fuera el tren, con puertas que se abren al llegar el autobús, parecido al intercambiador de Príncipe Pío en Madrid, pero extendido por toda la ciudad y sin ser subterráneo.
En Lima también tienen tren (no es metro) pero aún son pocas líneas. Y en general abundan lo que llaman "combis" que son básicamente mini-autobuses y en muchas ocasiones furgonetas adaptadas con muchas hileras de sillas para llevar pasajeros.
En mi caso, viajo en taxi, ya últimamente Taxibeat o Uber. Los taxis son también caóticos, no tienen taxímetro y debes negociar una tarifa antes de montar al taxi. Esto provoca que los taxis dejen y cojan pasajeros en cualquier lugar deteniendo el tráfico en la mayoría de los casos.
Como anécdota, en una ocasión, monté en un taxi en Lima un domingo por la noche. El taxista me indicó que tenía que pasar a medio camino por la gasolinera a echar gas. Al llegar a la gasolinera, bajé del taxi a esperar. El taxista, al terminar de echar gas, se montó en el taxi y fue tal su despiste que arrancó y se fue sin mí. Me imagino llegando al destino, mirando a los asientos traseros y su sorpresa de haber perdido a su pasajero…
Al principio es difícil la distancia, pero poco a poco, con el tiempo todo se asienta y la familia se acostumbra. Generas hábitos dentro de la distancia, en mi caso, nos conectamos todos los domingos por Skype para contarnos la semana o saben que voy tres veces al año...; siempre se echa de menos a amigos, familia y a las cosas del día a día de España. Lo curioso es, que cuando te vas de Perú o Colombia también luego ¡lo echas de menos! ¡Con el tiempo uno sólo se acuerda de las experiencias positivas!
En todos los países he trabajado para BBVA. Tanto tiempo fuera ha hecho que me conozcan en BBVA Colombia, Perú (BBVA Continental), México (BBVA Bancomer) y España. Es muy agradable que, vayas por donde vayas tienes amigos y te conocen en el cliente teniendo una opinión muy positiva de uno.
He participado desde el proyecto PISCO (se llama igual que la bebida típica del Perú) de BPM en BBVA Continental, pasando por gestionar 25 proyectos con 45 personas en la fábrica de Colombia o participando en la nueva Banca Personal de BBVA en Perú.
Es grato haber participado en los comienzos de Entelgy con BBVA en España, Colombia, Perú y México.
¡Muchas gracias David y GO FOR IT!
¡Y no os perdáis el próximo viaje que haremos con
Entelgy x M!
Os invitamos a enviarnos vuestras andanzas por el mundo y compartirlas en nuestro blog corporativo.
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