La pandemia ha acelerado la digitalización de la sociedad y ha puesto en relieve la importancia de que la Administración Pública sea capaz de dar una respuesta sólida, rápida y, por supuesto, digital a todos los ciudadanos.

La situación actual de los procesos administrativos exige que gran parte del presupuesto del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital se dirija a lograr un cambio real hacia una Administración puramente digital.

Los procesos administrativos han padecido severamente las consecuencias de un mundo que sólo ha funcionado a través de la red. La contratación de servicios o personal o la realización de cualquier trámite ha supuesto grandes quebraderos de cabeza, tanto para la propia plantilla que ha tenido que llevarlas a cabo, como para el usuario final.

La Administración Pública tiene sobre la mesa diferentes soluciones a las que se pueden acoger para acometer esta necesaria digitalización. Es el caso de la factura electrónica, que según datos de la Cámara de Comercio de España, un 60,1 % de las pymes de más de 250 empleados ya la utilizan.

Incluso podríamos referirnos a soluciones más disruptivas, como las soluciones de biometría que le permiten a un usuario, por ejemplo, abrir una cuenta bancaria gracias a un escáner facial. Sin duda hay muchas opciones al alcance de la Administración para poder agilizar procesos que hasta ahora han sido tediosos o difíciles de abordar. Por ello debe ser uno de los pilares de esta digitalización. 

También es una oportunidad única, para que la propia Administración y sus proceso internos mejoren con nuevas herramientas colaborativas, que les ayude a diseñar trámites mas sencillos y eficientes, y modelos de trabajo mas ágiles y transparentes.