Desde la gestión de grandes volúmenes de datos, de las tareas repetitivas, de los procesos estándar, de las reglas y transacciones recurrentes como punto de partida de RPA, se está evolucionando hacia una automatización más inteligente, incluso podemos decir más cognitiva, en el que la analítica avanzada se integra en los procesos para dotar de mayor inteligencia a la detección de patrones, de forma que se puedan identificar nuevas ramas de automatización que hasta ahora sólo se consideraban excepciones.
La pregunta inicial que deberá hacerse cualquier compañía es qué procesos son susceptibles de automatizar. Rellenar formularios, copiar, pegar o mover archivos, accesos a ERPs o CRMs, conectarse a bases de datos, conectarse a aplicaciones web, generar informes, extraer e introducir datos, reconocer documentos…
La automatización es una herramienta digital totalmente transversal, por lo que es posible aplicarla a tareas de prácticamente cualquier departamento de una compañía: financiero, recursos humanos, atención al cliente…
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