Casi todas las organizaciones han ido evolucionando en los últimos años hasta hacer frente a retos muy similares. No sólo han de ser capaces de armonizar una infraestructura tecnológica basada en soluciones cloud con múltiples servicios; también han de tener la inteligencia y la fortaleza tecnológica suficiente para asumir el creciente volumen de interacciones fruto del teletrabajo o de múltiples aplicaciones y servicios funcionando al mismo tiempo. Actualmente muchas empresas están refactorizando sus aplicaciones y migrando a entornos de Kubernetes o microservicios y otras que nacen directamente en entornos Cloud Native. Ambos tipos de organizaciones tienen que prestar especial atención a la creciente demanda de sus aplicaciones por los usuarios.
¿Te imaginas disponer de una tecnología capaz de detectar los problemas antes de que surjan? No hace falta mirar hacia el futuro para buscar este tipo de solución porque ya existe y está al alcance de cualquier empresa. La Observabilidad no sólo detecta los problemas a medida que surgen, también es capaz de evitarlos y de buscar soluciones ágiles y sólidas para no interrumpir la experiencia del cliente y mejorar las expectativas de los usuarios al responder con celeridad y poder dar una respuesta casi inmediata.
La Observabilidad, en definitiva, tiene la capacidad única de dar visibilidad total, de forma transversal y en tiempo real, de manera absolutamente centralizada y analizando todos los sistemas TI de cualquier negocio. En resumen, la tecnología Observability es la capacidad de saber qué ocurre en todo momento en nuestras aplicaciones Cloud Native, onpremise o híbridas.
¿Observabilidad o monitorización?
A menudo el concepto de Observabilidad tiende a confundirse con el de monitorización. Es cierto que existe una innegable relación entre ambos conceptos, pero si bien es cierto que la monitorización es un concepto esencialmente pasivo, la Observabilidad ofrece un enorme abanico de posibilidades y de acciones que la simple monitorización es incapaz de acometer.
Para empezar, la Observabilidad permite la recopilación y el análisis de múltiples datos sobre múltiples entornos. La amplitud de este alcance incluye el estado y el rendimiento en tiempo real de las aplicaciones, los servidores o los contenedores de nuestro sistema cloud. Ello nos aporta una ventaja fundamental: somos capaces de detectar cualquier tipo de incidencia en tiempo real. Podemos, incluso, percibir las señales previas a cualquier incidencia, lo que nos permite anticiparnos al fallo y, por supuesto, conocer el origen exacto del mismo.
La Observabilidad recopila los logs, las métricas y las trazas de todos nuestros sistemas para analizarlos e interpretarlos. Es la forma más rápida y sólida de descubrir cualquier anomalía o error en cualquiera de las aplicaciones de nuestro negocio. El concepto Observability, además, es capaz de ahondar en los sistemas para sugerir mejoras que impacten beneficiosamente en nuestro negocio, por no hablar de la posible escalabilidad de sus capacidades en arquitecturas evolucionadas.
¿Cómo funciona la Observabilidad?
La Observabilidad permite medir y analizar un correcto funcionamiento de aplicaciones Cloud, infraestructura y servicios, así como del código que las sustenta. Las aplicaciones son infinitas y se puede adaptar a cualquier tipo de negocio, pero ¿en qué se basa la Observabilidad?
Para poder analizar los engranajes de un negocio, la Observabilidad se basa en 3 herramientas: métricas, trazas y logs. Ello permite que esta tecnología sea capaz de descubrir si está aconteciendo algún problema, el lugar exacto donde está ocurriendo y, sobre todo, la verdadera causa que lo está provocando.
Los logs son la base de cualquier sistema informático. Son los encargados de recopilar cualquier información de los servicios. La lectura que la Observabilidad hace sobre ellos permite detectar cualquier anomalía, error, información de utilidad o advertencia de nuestro sistema.
Si a esta información le añadimos la que nos aportan las trazas, tendremos una visión completa del funcionamiento, ya que estas últimas tienen la capacidad de capturar la relación que existe entre un usuario cualquiera y nuestros servicios o aplicaciones. Las trazas nos aportan qué páginas de una web se están visitando, si un comprador no llega a finalizar el proceso de pago o si hay fallos de usabilidad de un sistema.
Las métricas, datos numéricos recopilados en un periodo de tiempo concreto, completan el conjunto de herramientas sobre los que la Observabilidad hace foco. Esta información es absolutamente necesaria para conocer el estado del rendimiento de las aplicaciones y servicios y, de esta manera, poder analizar la salud de cualquier infraestructura.
Observabilidad, tecnología necesaria para los negocios
Frente a la monitorización tradicional, la Observabilidad es más que un simple termómetro que mide la temperatura de un motor: es la capacidad de conocer, siguiendo con la metáfora, el nivel de líquidos, la presión del aceite, el estado de las bujías y, siempre en tiempo real, el estado general del motor. Esto facilita que la Observabilidad tenga una capacidad de predicción basada en hechos para prevenir próximos incidentes, siempre bajo el paraguas de una enorme cantidad de datos que facilita decisiones sencillas y muy consistentes.
Las capacidades que presenta la Observabilidad permiten tener una visibilidad end-to-end, alineando los KPIs de la operación con los del negocio. Permite, además, predecir acontecimientos futuros y prevenir errores graves, aumentando así la posibilidad de reacción y salvaguardando el funcionamiento de sistemas críticos.
